Download Free PDF. Dante Gebel - Las Arenas del Alma. Yorck Suazo. A short summary of this paper. Download Download PDF. Translate PDF. Me lo dicen tus ojos Capitulo Un Almuerzo divino Capitulo Amigos de carne quemada Capitulo El directorio del Reino Capitulo El desierto personal primer dia de camino Capitulo El desierto espiritual segundo dia de camino Capitulo El desierto ministerial Tercer dia de camino] Capitulo Mucho mas que peces Capitulo Haz un esfuerzo por recordar.
Tuvo que haber uno. Yo recuerdo ese momento. Y siempre he orquesta. Se recomienda que uno ponga la vista en un nidamente, como si pudiese calar en mi alma y desnudar punto fijo y predique sin mirar a nadie en particular. Que mis pensamientos, en un momento tuve miedo de que lo vea, pero que no observe.
Hay otros cientos de atajos casa. De pronto, tres figuras se recortan en el horizonte. Y aunque vienen los dedos cansados y polvorientos. Las visi- transmitir cierta seguridad. Dios puede hacer lo que le plazca sin consultarle a —Tampoco tengo vajilla decente. No podemos nadie. Y mucho menos a un sencillo mortal. A su amigo. Dios quiere consultar el tema con un mortal.
Ahora quiero que observes la historia del otro lado. El puede sencillamente bajar ser destruidas. Se ha proclamado alerta roja en las esfe- su 'pulgar y pulverizarlos, y nadie, absolutamente nadie, ras del cosmos. El jefe quiere intercambiar opiniones con su empleado. Esto debe tratarse de algo mayor. Si se trata de una broma, es de —Tiene que esperar, en este momento la empresa no muy mal gusto. Ni siquiera te llamaron para darte una vida?
Pero tu salario tarte a tratar temas importantes. El jefe se detuvo a darse sin empleo —razonaste. Das lo mejor de ti, sin la molestia de la arena en tu zapato.
Solucionemos su problema primero. Dios necesita contarle a su amigo acerca de los pla- nes sobre Sodoma. Quiere hacerle un lugar en los gran- des temas del Reino, pero sabe que Abraham espera un aumento de salario en su vida. El patriarca quiere un hijo. Que ese esposo vuelva a sentir aquel amor del pasado. Que otra vez seas correspondido en el amor. Que tu padre vuelva a confiar en ti. Que esa intrusa enfermedad deje de ocupar una silla en la mesa familiar.
O mejor dicho, no me gusta tanto recibirlas como darlas. Si tuviese que retratar un solo instante en la vida de mis hijos, prefiero una postal del momento exacto en I n c reciben un regalo sorpresa. No puedes ausentarte de tu casa y apa- cista o piloto.
Una suerte de regalo pautado. Se supone que si te vas a subir a Es algo curioso, ellos esperan ser sorprendidos.
Un trato es un trato. Pero lo mejor no es el regalo. Lo realmente asom- Ellos se portaron bien bueno, es una manera de broso viene luego del abrazo. No se aceptan excusas. Te equivocas. Y ahora sin sospechar- responde. La sorpresa esperada. Un momento. Este no es un tema para tratar en un Toda mi vida he crecido con la idea de que es uno almuerzo con desconocidos. O en un improvisado almuerzo campestre. Y mente espiritual. Tampoco se trataba de algo carnal, Dios es el eterno buscado.
No fue alguien, fue «algo». No la culpes. Que alguien prometido. Lo aceptas gustoso, Lo urgente tomando el lugar de lo importante. Entendemos que nos sea dame alguien que me ame. El «aunque sea» del profeta era cl hijo —Bueno, ya que te conformas con algo menor a lo concebido con una esclava. No era lo imagina-do, pero que pediste, eso agiliza las cosas.
Tengo muchos «aunque sea» almacenados para ti. Detente un cumplirse. Por eso, la pregunta insistente. Tiene que haberles parecido. De los temas que competen al Reino. Siempre he admira- vez no se trate de una verdadera amiga —dije. En mi caso, si me dispongo a colgar un cuadro, se —Tal vez. Definitivamente los Nos quedamos los dos en silencio. Confieso que mi hombres no podemos masticar chicle y caminar a la vez. Me parece que no tiene los planetas dejaban de girar.
Ni en el aniversario de su iglesia. Que Ni para su funeral. Tardo una eternidad en contestar personalmente un Abraham ahora sabe que es amigo de Dios.
Observa al profeta regatear con el Creador. Si hubiese cincuenta justos, perdona- digamos, de tu propio hijo? O veinte. No te prometo que la Mejor dicho, quien dice veinte, dice diez. Yo, sencillamente, hubiese mi amistad incondicional contigo. Bueno, que sea tu voluntad. Tengo mis dudas. Supongo que si eres Dios, sabes lo que esperanzas, en pos de la amistad.
Gracias por avisarme. Se llama Mario Krawchuks. Es esposo Un amigo quiere que opines, que te involucres, que y padre de tres hermosos hijos, maneja su propia si tienes que enojarte, adelante, estamos entre amigos. Abraham sabe que cuenta con un Gran Amigo. Por esa terio, y ni siquiera nos dijo nada. Como nervios me jugaron una mala pasada. Dijo que estaba delicioso.
No creo que Dios dude acerca de la amistad del patriarca. Pero Abraham, como Mario, siempre come lo que un amigo le pone delante. Y le dijo: Abraham. Era nada menos natural. O lejos. Sin misticismo. Discusiones matrimoniales sin sentido, minutos antes de comenzar a orar. A superficialidad. Debo confesar que demandaba un gran domingo.
Es estar en la especial. Puedes venir a visitarme. Ahora, observa por un momento a Abraham. El patriarca sabe que ahora puede contar con Dios Puedes sentir el pesado abrazo de un Padre tierno. Dejas de estar agobiado por las responsabilidades, Una buena esposa con quien envejecer. O por lo menos, algo que lo saque de tanta felicidad. Duran apenas algunos segundos, pero logran mar- De todas formas, sigo sosteniendo que aun para car un «crac» en la tranquilidad de tu alma.
Los finales anunciados no son los que cambian el llegar para quedarse. Terminaba madrugada. Entonces sabes de lo que te hablo. These cookies will be stored in your browser only with your consent. You also have the option to opt-out of these cookies.
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